A la madrugada, los pequeños fantasmas se hamacan, juegan en los toboganes, en la calesita... Los guardias saben bien de donde sale la brisa que llega, de pronto, cargada de risas infantiles.
Esto se llama desmitificar. Los fantasmas son algo que siempre asusta, principalmente porque todos tenemos nuestros propios fantasmas. Pero la versión infantil de esos temibles seres, resulta inocente y enternecedora. Precioso Olga.
Esto surgió porque hace un tiempo, en un pueblo del interior, se decía (y se mostraba una filmación para probarlo) que en una plaza una hamaca se balanceaba sola, sin que hubiera viento, y sin que las demás lo hicieran. No sé en qué quedó la cosa, ni qué explicación se dio, si es que se dio alguna. Pero yo pensé desde entonces en un niño de la calle, cuyo fantasma jugaba, feliz por primera vez en mucho tiempo,y sin darse cuenta, de que estaba muerto...
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Este me ha encantado, Olga. Gracias.
ResponderEliminarEsto se llama desmitificar. Los fantasmas son algo que siempre asusta, principalmente porque todos tenemos nuestros propios fantasmas. Pero la versión infantil de esos temibles seres, resulta inocente y enternecedora. Precioso Olga.
ResponderEliminarEsto surgió porque hace un tiempo, en un pueblo del interior, se decía (y se mostraba una filmación para probarlo) que en una plaza una hamaca se balanceaba sola, sin que hubiera viento, y sin que las demás lo hicieran. No sé en qué quedó la cosa, ni qué explicación se dio, si es que se dio alguna. Pero yo pensé desde entonces en un niño de la calle, cuyo fantasma jugaba, feliz por primera vez en mucho tiempo,y sin darse cuenta, de que estaba muerto...
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