―Ladran, Sancho. Señal de que avanzamos. Pero Sancho sólo murmuraba garabatos. El tráfico era intenso y ya estaba harto de los bocinazos de los demás conductores. Definitivamente no se habían movido ni un centímetro.
Agradecemos que los comentarios se refieran a la entrada. También puedes dejar en ellos tus minificciones o relatos. No se publicarán URLs, ni intercambiamos enlaces.
Este me supo exquisitamente quijotesco.
ResponderEliminarBuenísimo Oriana.
Los gigantes de hoy en día han cambiado sí...
ResponderEliminarUn saludo indio
Hola, Oriana. Tiempo son hablarnos.
ResponderEliminarEn esta ocasión escribo para felicitarte porque he leído unos cortos tuyos que denotan una gran inteligencia. Como éste y otros muchos más.
Enhorabuena.
Muchas gracias Javi y No Comments por escribir sus pareceres :)
ResponderEliminarAlejandro! Es verdad, hace mucho que no hablamos. No hay que perder el contacto. Gracias por pasar por aquí y comentar :)
Es una mini redondita. Me gustó mucho Oriana.
ResponderEliminarSaludos!
Muy bueno Oriana! Me gusto mucho! Saludos
ResponderEliminar