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jueves, 22 de octubre de 2009

Efectos colaterales

La curiosidad mató al gato. Y a su dueño, que iba detrás.

4 comentarios:

  1. Me acabo de sentir como la dueña del gato!!!

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  2. Por desgracia, el dueño del gato no tenía otras seis vidas disponibles...

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  3. Mejor morir de curiosidad que de indiferencia...

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  4. Olga, ¡qué gusto verte por aquí!
    Por eso la indiferencia nunca podrá matar a un gato...
    Besos.

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