Hola Javi. Se me ocurrio compartir tu microcuento en mi muro de facebook y ha dado lugar a un extenso debate. Te lo pego aqui por si lo quieres leer: http://www.facebook.com/ana.diazperez?v=feed&story_fbid=102070863167122
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Excelente tuit.
ResponderEliminarMe ha encantado, Javi. :-D
ResponderEliminarAntes doy el corazón que la espalda, jeje
ResponderEliminarUn saludo indio
Muy muy muy bueno, Javi. Sin más.
ResponderEliminarUn saludo.
Qué bueno encontrar tantos comentarios!
ResponderEliminarMe alegra que os haya gustado, un abrazo a todos.
¿Como soportaste hasta verle la espalda,después de la extracción cardiaca? Y vivir para contarlo,vaya,de lo que uno se entera con éstos relatos.
ResponderEliminarFue duro, Carlos. Un intercambio muy desigual.
ResponderEliminarGracias por tus visitas, por tus comentarios.
Hola Javi. Se me ocurrio compartir tu microcuento en mi muro de facebook y ha dado lugar a un extenso debate. Te lo pego aqui por si lo quieres leer:
ResponderEliminarhttp://www.facebook.com/ana.diazperez?v=feed&story_fbid=102070863167122
Muy bueno, Javi
ResponderEliminarA cambio, por lo menos, debiste sacarle la lengua... literalmente xD!
ResponderEliminarGracias Mª Pilar, Maryvell, por vuestros comentarios.
ResponderEliminarY en la línea que propones, Maryvell, me has recordado este otro:
Torturador cómico
Primero le sacó la piel a tiras. Después lo desmembró. Por último, le arrancó una sonrisa.