Respetando tu licencia de autor,el eco no tiene la costumbre de mudarse en el silencio.Más bien es poseedor de una paciencia infinita que le hará esperar el tiempo que sea hasta que se presente el próximo sonido. Aún así recibe el eco de un aplauso por éste tan bizarro.
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Oh, qué bueno, Ikal!
ResponderEliminarMe encantó.
:)
Genial, Ikal, Ikal, kal, kal, al, al... ;)
ResponderEliminarRespetando tu licencia de autor,el eco no tiene la costumbre de mudarse en el silencio.Más bien es poseedor de una paciencia infinita que le hará esperar el tiempo que sea hasta que se presente el próximo sonido.
ResponderEliminarAún así recibe el eco de un aplauso por éste tan bizarro.
¡Gracias, Oriana y Zilniya! Qué gentiles son :)
ResponderEliminarGracias Carlos por el eco del aplauso y por la acertada observación sobre la conducta del eco en el mundo real :)
Un abrazo desde las entrañas hirvientes de la lata.
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