Páginas

viernes, 7 de mayo de 2010

Vox Dei

Perplejo, el ventrílocuo escuchó a sus muñecos negar su existencia. Pronto le desaparecieron y siguieron blasfemando por sí mismos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Agradecemos que los comentarios se refieran a la entrada.
También puedes dejar en ellos tus minificciones o relatos.
No se publicarán URLs, ni intercambiamos enlaces.