Gracias Oriana por tus siempre amables comentarios. Tras este haiku hay una historia triste, muy triste para mí. Habla sin decirlo de ausencias, dolorosas ausencias y silencios familiares que ahora cumplen dos años. Noches de insomnio donde los grillos eran lo único que rompía ese silencio interior demoledor que te da la tristeza de perder a un ser querido.
Mmmmm... creo saber a lo que te refieres, querido Manu. Las palabras pueden encerrar muchas cosas. Una pena inmensa, una alegría infinita, el amor que sentimos, nostalgia, muchas cosas. Pero es al plasmarlas, como lo haces tú, que el sentir se convierte en arte.
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Ay, Manu, tus haikus siempre con esa musicalidad tan deliciosa.
ResponderEliminar¡Besos!
Gracias Oriana por tus siempre amables comentarios. Tras este haiku hay una historia triste, muy triste para mí. Habla sin decirlo de ausencias, dolorosas ausencias y silencios familiares que ahora cumplen dos años. Noches de insomnio donde los grillos eran lo único que rompía ese silencio interior demoledor que te da la tristeza de perder a un ser querido.
ResponderEliminarMmmmm... creo saber a lo que te refieres, querido Manu.
ResponderEliminarLas palabras pueden encerrar muchas cosas. Una pena inmensa, una alegría infinita, el amor que sentimos, nostalgia, muchas cosas. Pero es al plasmarlas, como lo haces tú, que el sentir se convierte en arte.
Un abrazo de los fuertes.
Los que te conocemos y sabemos de tu sensibilidad y tus circunstancias, apreciamos más aún ese canto de grillos.
ResponderEliminarUn abrazo, Manu.
Javi, Oriana , agradecido, no puedo decir más...
ResponderEliminarTiene magia esta escena y no es fácil hacer haikus de calidad, pero con éste lo has conseguido.
ResponderEliminarUn abrazo.