domingo, 23 de noviembre de 2008

Ardores

El ardor de juventud se convirtió en ardor de estómago.

2 comentarios:

Lola C. dijo...

El tiempo, implacable, echa colina abajo al ardor, desde el corazón al estómago.
¿No amamos más con el estómago que con el corazón?
¿Nos habremos equivocado todos de órgano?
¿Se imaginan San Valentín?

Manuel dijo...

La primera frase de tu comentario Lola, genial. Un tuit en sí mismo. Lo de San Valentín da qué pensar: un estómago a travesado por una flecha,....no sé.