jueves, 20 de noviembre de 2008

Presagio

Durante toda la noche, un gélido viento hizo doblar a muerto las campanas de la iglesia. Al día siguiente, nadie despertó en aquel lugar.

3 comentarios:

Lola C. dijo...

No habían pegado ojo en toda la noche con tanta campana.

Javier López dijo...

Bueno la idea era que se quedaron helados, pero desde luego la campanita tuvo guasa aguantarla toda la noche.

Olga A. de Linares dijo...

Javi, voy a tener que inventar nuevos elogios, para no repetirme...