miércoles, 26 de noviembre de 2008

Hambruna

Se descubrió que su alimento era el miedo y, para su desgracia, se crearon terapias excelentes que hicieron desaparecer ese sentimiento. Hoy, los fantasmas mueren poco a poco de inanición.

2 comentarios:

Lola C. dijo...

¿A ninguno de ellos se lo ocurrió cambiar de dieta?

Rafael Vázquez dijo...

Excelente relato, Olga. Inquietante y oscuro. Además contestas a un debate presente en el foro, el de cómo se puede destruir a un fantasma. Es un buen argumento: eliminando el miedo.
Gracias, Olga.