Serie de minirrelatos de temática libre.
Se mantiene el criterio de que, para aparecer en el post, los minis deberán tener una extensión máxima de 39 palabras. Pero os animamos a ensayar relatos más largos si os apetece, en ese caso no se publicarán, pero se podrán visualizar en Comentarios.
10 comentarios:
Voy a a escribir un minirelato de temática libre. Ya he empezado porque así comienza el minirelato que es de temática libre Y cualquier tema es excusa para cualquier minirelato.
Venganza
Su ingenio narrativo jamás le había defraudado. En su soberbia, el microcuentista osó rescindir el contrato a su musa: cobraba (mucho) por nada. Antes de largarse para no volver, la desairada pronunció el fatídico hechizo vengador:
—¡Temática libre!
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Me atrevo yo con un pequeño borrador de más de 39 palabras que ando repasando para otra convocatoria de microrelatos.
Se titula: MATE EN UNO. A ver qué cambios le haríais. Dice así:
—Seguro que exageran —murmuró el maestro para sí al entrar en el salón de competiciones. Como era preceptivo, sobre cada mesa se hallaba un tablero de ajedrez preparado. El corro de alumnos le hizo sitio y él tomó asiento frente a la niña.
—Bueno, cuando quieras comenzamos, jovencita… Tú primero.
No le habían mentido, su contrincante rondaría los ocho años.
—Dé cuatro —fue lo que dijo ella con su vocecilla aflautada y, aunque seria, se quedó mirándole con un mohín muy simpático.
—Quieres decir peón de reina a "D-4". Bien, no está mal pequeña, no está mal, puedes mover cuando quieras.
—Ah, perooo —titubeó la chiquilla— ¿para jugar necesitas tablero?
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Este es un cuento sobre la pasión. La pasión en la vida y en el arte, en las cosas que acometemos...
Lo tengo publicado en mi Merienda y lo escogió Sergio hace unos días para Q.I.
En cualquier caso lo dejo aquí, para que quede en el Mini, aunque se tendrá que quedar en comentarios porque, por poco, supera las 39 palabras...
EL CONCURSO DE BAILE
Durante años habían formado pareja en la vida real, y en el escenario bailaban. Pero hacía meses que su relación iba mal y, justo cuando se presentaron a aquel concurso, la ruptura era ya un hecho.
Ganaron el primer premio bailando su mejor tango, lleno de una pasión tan grande como el odio que ahora se profesaban.
Me ha gustado mucho, Jacinto. Como siempre, magníficas ideas bellamente expresadas. Sólo quiero decirte una pequeña idea que se me ha ocurrido para el cuento: ¿que tal si la niña fuese ciega? Le daría mucha fuerza a la idea que quieres transmitir.
Un abrazo.
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No es mala idea, Rafa. Lo pensaré.
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Rafa, Jacinto... a mí me parece mucho mejor idea que la niña vea, pero que no necesite ver, tan sólo imaginar. Se podría pensar que si es ciega ha desarrollado un sexto sentido, lo cuál es bastante habitual. Pero si no lo es, entonces la niña tiene poderes extraordinarios, capacidades de imaginar (ver) lo que ni siquiera está presente, y por supuesto, es un genio del ajedrez.
Sea como sea, me encantó la idea, magnífico relato.
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Uno en que se funden vocación, rebeldía y algo de humor:
Sus hermanos mayores eran guardias civiles, abogados o policías, así que él no tuvo más remedio que hacerse médico para irritar a su padre, el juez.
Por el hecho de ser homosexual, claro, también lo condenaron.
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Un saludo de nuevo. He seguido pensando en el cuento de Jacinto. Y quiero justificar un poco por qué dije lo de la niña ciega.
Cuando leí el cuento por primera vez me llamó la atención una cosa. ¿Por qué la niña se sorprende de que el profesor utilice el tablero para jugar al ejedrez? Este aspecto me llamó la atención. Al fin y al cabo sobre la mesa de juego hay un tablero de ajedrez, se sobreentiende que con todas las piezas ordenadas en los correspondientes escaques...
Parece lógico además que la niña esté familiarizaa con los jugadores que juegan usando el tablero... En este sentido me resultaba curioso que la niña se sorprendiese de ver al profesor usando el tablero, al fin y al cabo si no fuese a utilizarlo no estaría en la mesa...
En este contexto propuse lo de la niña ciega. si la niña es ciega, puede haber dejado de percibir todos estos aspectos... y sorprenderse con más faciliad de lo que se sorprende.
Claro que como dice Javi, es necesario que la niña vea para que resulte tan extraordinario que para jugar al ajedrez opte por prescindir del tablero...
En fin, he querio dejar estas reflexiones por escrito.
Sea como fuere el texto es de una belleza pasmosa.
Un abrazo a todos.
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Rafa:
Tal como yo lo veo la niña no tiene por qué estar acostumbrada a jugar con tablero. De hecho las personas que juegan muy bien al ajedrez lo visualizan de tal manera que no lo necesitan. Dos maestras o maestros de esta categoría serían capaces de jugarse una partida como el que entabla una conversación. Lo que el cuento propone es que la niña es ya una maestra de ésta categoría. Se supone que quien le hubiera enseñado el juego utilizó tablero, pero llegó un punto en que la protagonista no lo necesitó, punto en que él (o ella) la trajo a la academia.
Lo que comentas sobre el tablero dispuesto es, sin duda, el punto donde más falla la trama. Está muy bien visto... Pero ten en cuenta que los tableros están dispuestos sobre cada mesa y no sólo en la que se celebra la prueba o competición. Yo imaginé un salón lleno de mesas en la escuela de ajedrez dedicado a las competiciones y exámenes, y en el que de forma habitual todas las mesas quedarían con los tableros dispuestos.
Así, a la niña la sientan en una silla y llaman al mejor jugador... Lo demás está ya contado. Al estar todas las mesas cubiertas con idéntico tablero supongo que ella no deduce que la partida deba ser con el que tiene delante.
Por otro lado, también se puede entender que la respuesta de la protagonista es sarcástica; una especie de reto lanzado a su contrincante... no sé.
Con lo dicho, ¿qué os parece, le hago algún cambio?
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