jueves, 22 de octubre de 2009

Efectos colaterales

La curiosidad mató al gato. Y a su dueño, que iba detrás.

4 comentarios:

Julibelula dijo...

Me acabo de sentir como la dueña del gato!!!

Olga A. de Linares dijo...

Por desgracia, el dueño del gato no tenía otras seis vidas disponibles...

Olga A. de Linares dijo...

Mejor morir de curiosidad que de indiferencia...

Javier López dijo...

Olga, ¡qué gusto verte por aquí!
Por eso la indiferencia nunca podrá matar a un gato...
Besos.