Yo no podía entender por qué varios libros de la biblioteca estaban en el huerto, abiertos y ligeramente hundidos sobre el terreno húmedo, como si estuvieran plantados.
—¿Qué harán aquí? —me pregunté en voz muy baja, sabiendo que nadie me escuchaba.
—Soy yo. Los leo para cultivarme —respondió, en el mismo tono, una coliflor.
6 comentarios:
Qué bonito, me gusta!
Gracias!
¡Jajajjajajajaja! Nunca me decepcionas Javi, el siguiente escrito es siempre tan bueno o mejor que el anterior. :D
Éspero que se trate de un buen libro de recetas.
Muchas gracias Zilniya, me pones el listón muy alto, jeje.
Carlos, el libro creo que era de Hume, el "Tratado de la naturaleza humana". Esa coliflor trataba de cultivarse y comprendernos, cosa que no hacemos habitualmente ni nosotros mismos.
Un saludo, muchas gracias a los dos por los comentarios.
Menos mal,pues lo volví a leer y me alarmó pensar que si una coliflor lee un libro de cocina,es que está considerando suicidarse.
Permanezco escalofriado.
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