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—Madre, todas mis amigas del colegio tienen ya una. Van rápido, tardan poco en llegar y pueden dormir hasta más tarde.
—Ya te he dicho muchas veces que esos potentes vehículos motorizados nunca me han gustado. ¿Cuántas de tus compañeras no habrán tenido ya un percance por ir subidas en esos cacharros?
—Pero hay que ir con los tiempos. Te prometo que no me compraría una demasiado grande. Si no me dejas tenerla, me obligas a ir a la escuela en algo que va más despacio que un patinete. Todas mis compañeras me adelantan por el camino y se ríen de verme con ese artilugio anticuado.
—Pues hija, vas a tener que conformarte. Así que coge tu escoba y ve volando a clase, que se te hace tarde. Y si las madres de tus amigas les han comprado esas aspiradoras modernas, algún día se lamentarán cuando tengan un accidente grave.
Imagen: Madre e hija (Carl Larsson)
10 comentarios:
¡Jjajajajjaaa! ¡Qué duro es ser una bruja moderna! Hala, como ha sonado eso... XD
¿Lo sabes por experiencia? :-P
Esperaba un final sorpresa y al final me la diste con ese giro. Bueno, Javi.
Un orgullo leer eso de quien ha roto todas las tuercas de los cuentos dándoles siempre una vuelta más...
Gracias, Victor.
Bien por las brujas en jet.
Pues me ha encantado y sorprendido. Bien ahí.
¡Grande, Javi!Debo resaltar que es un relato contra la discriminación y una crítica hacia la sociedad de consumo.
Ni las brujas zafan de las exigencias del status. Tanto tienes, tanto eres.
Gracias Carlos, Nanim, Miguel. También las brujas tienen sus anécdotas mundanas...
¡Una historia de brujas! Con lo que me gustan y no me había detenido a leerla. Gracias Javi, me ha hecho reir.
Estuve por poner una escoba como ilustración para reclamar tu atención, Carmen :-)
Gracias!!!
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