Él había traído un mensaje de paz. Su rey se rendía, sin condiciones, ante nuestro pueblo.
Sin embargo, durante cuatro años más siguió derramándose sangre, de manera tan abundante como estéril. Todo por la costumbre de matar al mensajero.
Laboratorio de minificciones
1 comentarios:
Magnífico microrrelato, Javi. Expresa de un modo magistral el horror y la deshumanización de la guerra, donde ya nada sirve para pararla, donde la propia guerra toma el control de la situación...
Y el ser humano como el creador de tal monstruo.
Genial, de verdad, Javi.
Enhorabuena y un abrazo.
Publicar un comentario