martes, 2 de diciembre de 2008

Esperanzado

Había metido el juguete en el mar. Estaba seguro de que, cuando sacaran el tapón de esa enorme bañera, lo recuperaría.

3 comentarios:

Lola C. dijo...

He recordado a una niña que cortaba el pelo de su muñeca convencida de que volvería a crecer. ¡Qué chasco se llevó!

Javier López dijo...

Mi mayor chasco era desmontar los juguetes pensando que luego se recomponían fácilmente... El 8 de enero ya sobrevivían pocos.

Olga A. de Linares dijo...

Como en el caso de Lola y el televisor, esto es cierto. El protagonista fue mi hijo menor, cuando tenía unos 3 años...