sábado, 9 de enero de 2010
Gradual
Durante 40 años edificó y decoró minuciosamente una ofrenda fúnebre para sí mismo. Finalmente, se volvió loco de altar.
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1 comentarios:
Muy bueno, toda una historia en pocas palabras.
A partir de hoy , te sigo .
Un saludo,
Isabel
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