domingo, 28 de febrero de 2010

Marítimo



Gaviotas mil
volando alrededor
de pescadores

sábado, 27 de febrero de 2010

Sobresalto

«Al lado, al lado, allí» murmuró, señalándome. Sudé frío. Su amiga vino y me pidió fuego. Se lo dí y se fue. Pensé que había visto mis alas.

viernes, 26 de febrero de 2010

Hebras



Gira la rueca
la anciana cantando
cuenta historias

Imagen: Las Hilanderas de Diego de Silva Velázquez

jueves, 25 de febrero de 2010

Juegos malabares

.
 

Nuestros amigos y compañeros de Difícil de Juglar nos invitaron a componer minificciones en las que la única regla era que no había reglas. Entretenernos con las palabras, con sus matices, con sus significados, juglar con ellas en este ejersucio que nos ha divertido a todos. Los llamamos "Píos Impíos", y ahora podéis contribuir a esta lista dejando vuestros malabares como comentarios.

Y para comenzar con estas minificciones impías...

Tania Hernández

Después del largo interrogatorio, el pollito sólo atinó a decir: 'Impío'.

 

Carmen María

¿Por cada moraleja, hay una moracerca?

Si existe un objeto bipolar, ese es la sombrilla.

Mi sapo convertido en príncipe no lograba declarárseme, empezaba a hablarme de amor, pero se iba por las ranas.

Ante el reto, se sintió provocadillo, e inició una campaña en favor de los tentempiés.

La devoradora de hombres se sentía fatal: estaba indigestada.

Cuando los caracoles se asombran, exclaman: ¡Nosotros!
(en coautoría con Álvaro Burgos)

Los caracoles prefieren las historias de paciencia ficción.
(en coautoría con Álvaro Burgos)

Para seguir esta dieta no debo comer palabras entre comillas.

Cuando ven mermadas sus defensas, las claras se baten en retirada.

Práctico
Quiso poner el mundo a mis pies: empezó por los calcetines.

Campanarios
El actor de doblaje que acampa feliz en las islas Canarias.

Los pantalones de campana se doblan, pero no suenan.


Ikal Bamoa

Si el río no suena es que agua llevas en las orejas.

―Es cosa de espulgar ―respondió el meñique hambriento al detective que investigaba la desaparición de un panquecillo dejado a la mano.

Bienaventurados los esquimales, porque de ellos será el reino de los hielos.

La historia de aquella pareja de topos comenzó con una cita a ciegas.

¡No me llames telépata, o te telepateo!

Haikus impíos

Murcielaguito:
¿Se sueñan pesadillas
cabeza abajo?

Hombre de cera
regala serenatas
para finadas.

Las chimeneas
Cantan entusiasmadas
"Cielito Lindo".


Javier López

Desamor en la bodega
El botellín rompió el corazón de la botella, cuando cayó sobre ella.

Brindis 
Los pájaros se embriagan en las copas de los árboles.

Coral
Las baladas son suaves canciones de amor entonadas por ovejas.

Duda razonable
La sombra de la duda es alargada. La causa principal son los palitos de las des.

Traidor
Fue fácil descubrirlo. Judas usaba pintalabios.

Inesperado
Esperaba oír un disparo tras apretar el gatillo. Sólo escuché "miau".

Especulación
El azucarero cobraba un alto precio por ofrecer su dulzor.

Demencial
La locura se apoderó del cura: ya no estaba de acuerdo con los cuerdos.
(En coautoría con Zilniya)


Oriana Pickmann

Peinaron la zona del delito. Pero la zona quedó disconforme.

Las ovejas emitían un balido de alto calibre.

Subía muy lentamente. Era una escalera de caracol.

Nunca viví en el ayer porque siempre viviré en el mañana.

Le quedó todo claro. Moriría de miedo a la oscuridad.

Caminó sin saber adónde iba. No pudo volver porque nunca supo de dónde vino.

El espiral estaba cansado de darle vueltas a las cosas.

Sus interrogantes eran las respuestas.


Zilniya

La grapadora es el único animal que pierde los dientes cuando muerde.

Era muy mono, pero siempre se subía por las ramas.

Si un príncipe te sale rana, no se arregla sólo con un beso.

Aquel tipo era la mar de salado.

El barómetro de satisfacción les hacía saber si la próxima vez tocarían en bar o metro.

Le pregunté al médico qué podía tomar para el estrés. Me dijo: "Tómate un respiro".

A Doña Ana Conde le gustan los culebrones.

Acerca de la cerca que me cerca de cerca.

El carácter del vino viejo se avinagra con el tiempo.

El curso sobre el curso fluvial sigue en curso.

Está claro 
¡Claro! Dijo Clara bien claro en el claro del bosque.
(En coautoría con Ikal Bamoa)

 

Lúdico J. de Atar

Títere inquieto busca quien le meta mano.

Oportuno, o por tunante, siempre tengo a la mano como en un guante.

Soy doctor en letras minúsculas con especialidad en pediatría de vocales débiles.

Listo para un viaje onírico dentro de mi maleta.

Titirito de emoción siguiendo el hilo de tu confesión.



Las ilustraciones muestran fragmentos de los códices de Dresden, Mayas, Borbónicos, Calixtino y Boturini.

Fin

Vienen cuatro jinetes. Meto quinta, sonrío.

miércoles, 24 de febrero de 2010

Aliento

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Yo me pregunto
si he de ser del viento
de tus suspiros

martes, 23 de febrero de 2010

Oficial

«A veces cocino desnuda» explicó sobre las quemaduras en su bajo vientre, y me enamoré. Tenía un cuento similar para la marca del grillete.

domingo, 21 de febrero de 2010

Vanidades

.

Bello narciso
que a mi espejo vienes
confundiéndome

Amor eterno

.

Por años le huyó, convencido de que ese amor terminaría destruyéndolo. Le espantaba su mirada gris, los labios de ceniza, el cuerpo de humo habituado al frío y al silencio; odiaba su fidelidad perruna, su presencia insistente y callada. Pero, con cada fracaso, su sombra fantasmal volvía para recordarle, sin palabras, que le pertenecía para siempre.
Y por fin, vencido, se abrazó a su soledad.

Sin ella

.

Siempre había creído en sus promesas, aunque la realidad se empeñase a diario en desmentirlas. Le tomó una vida aceptar su falsedad. Y fue entonces que, harto de mentiras, estranguló a su esperanza... Ahora, no sabe cómo seguir respirando sin ella…

sábado, 20 de febrero de 2010

Allá/aquí

Cruzaré el espejo roto, me multiplicaré.

Crucé el espejo roto. Me dividí.

jueves, 18 de febrero de 2010

El trasfondo de lo cotidiano



He aquí mi selección de minificciones y haikus de Manel Pérez Báñez. Como siempre ha sido una hermosa experiencia repasar su poliédrica producción artística llena de imaginación, talento y sensibilidad.

Desde mi punto de vista, lo que hace especiales los textos de Manuel, es la búsqueda permanente de lo universal en lo cercano y lo común en lo universal. Tal es así que nos descubre que los ángeles no son muy distintos a nosotros, en sus defectos y carencias; o las mariquitas hacen las veces en su literatura de símbolos de nuestra vida humana.
Todo unido a una prosa sencilla y familiar, que explora en los rincones de lo cotidiano en busca de significados y respuestas profundas del alma.

Para decirlo con una metáfora, Manuel pinta grafitis en los abismos de lo cotidiano.

Y para muestra, estos 15 botones.

Nota y selección de Rafael Vázquez.

Crónicas desangeladas 78
En el diván del psiquiatra un paciente dice sentir como baten sus alas tatuadas en la espalda.
‒El cosquilleo no me deja dormir ‒le confiesa.

Crónicas desangeladas 1
Era un secreto a voces: los ángeles son engendros biológicos fruto de la cópula entre Leda y un cisne.

Crónicas desangeladas 2
Perseo era un ángel transgénico: sus alas le crecieron anómalamente en los pies.

Crónicas desangeladas 12
Los ángeles se reproducen por clonación espontánea: de ahí el parecido que tienen unos con otros.

Crónicas desangeladas 18
En otoño, los ángeles mudan de alas. Mientras tanto andan desangelados y mezclados con los humanos. En este periodo es cuando más vulnerables son a las tentaciones de la carne.

Crónicas desangeladas 25
En luna llena aúllan los ángeles.

Crónicas desangeladas 29
Los ángeles ‒como los peces en el agua‒ dejan rastros invisibles en el aire.

De Ensayo sobre la ceguera IV
Sólo una cosa pide el ciego a su ángel de la guarda: que tenga mucho tacto.

Razones inversas
Si el sueño de la razón produce monstruos, el sueño de los monstruos producirá medias, terceras y cuartas razones.

Mariposas I
Alrededor de la lámpara
las mariposas de la noche
describen órbitas suicidas.

Las malas lenguas
Alguien dejó correr un falso rumor entre las caracolas.

Incendio bajo la lluvia
Compró un paraguas rojo. Era así como ella incendiaba al mundo.

Haikus

Trigal sombrío
trae el viento un disparo
al corazón

Silencio roto
por un perro que ladra
luces del alba

Un soplo de aire
ha apagado la vela
y tu luz, madre.

Imagen: Carnaval en las montañas de Paul Klee

Cosas de familia

—Madre, llévame al parque. 
—Hijo mío: eres un alcornoque. Y ya vivimos en un parque.

Precipitaciones

Lluvia de estrellas. Desplegamos nuestros paraguas siderales.

Cita a ciegas

Nuestras sombras se dieron cita en la penumbra.

Mini

En la Biblioteca de Liliput sólo era posible encontrar libros de microrrelatos.

martes, 16 de febrero de 2010

Volando

Breve secuestro aéreo. Duró un raptito.

lunes, 15 de febrero de 2010

Extraviados en el mundo de ensueño de Olga A. de Linares


Desde el nacimiento del Minificcionario, Olga nos ha deleitado con sus fabulosas letras, llenas de ese encanto indiscutible que la caracteriza.
Leer a Olga es trasladarse suavemente al mundo infinito de la dulce fantasía. Sus minificciones tienen una tenue tonalidad de magia y fascinación. Escoger sólo algunos de sus textos ha resultado tarea difícil, pues no se puede dejar de volar con todos sus escritos.
He aquí una pequeña dosis, una muestra, para endulzarnos el paladar... 
Nota y selección de Javier López & Oriana Pickmann


Hambre
Se alimentaba de esperanzas. Murió de inanición.

Monstruosidades V
El pequeño monstruo no podía dormir. Estaba seguro de que debajo de su cama acechaba uno de esos espantosos humanos.

Notas
Sobre el pentagrama del cableado, los pájaros traman sus sinfonías.

Asuntos temporales
Era un alma que vivía pendiente del tiempo: un almanaque.

Para siempre
El único amor eterno es el amor propio.

Diferencias irreconciliables
El romance entre el fantasma y la sombra resultó inviable: ella solo podía vivir en la luz, mientras que la existencia de él dependía de la oscuridad.

Ciudades
Todas las noches se sueña deambulando por una ciudad geométrica, donde una luz de azufre recorta oscuridades. A la mañana, presumiblemente despierta, otra ciudad de pesadilla devora sus sueños.

Viejo que fuma
En un rincón de la taberna hay un viejo con su pipa. En cada pitada lo veo esfumarse, contagiado de humo, hasta que, poco a poco, desaparece.

Caída
Que se le cayera el alma al piso motivó aquel fatal tropiezo.

Desfasaje
Al releer las viejas cartas, volvieron a enamorarse. Pero de las personas que habían sido entonces.

Trascendencia I
Todos los papeles miraban con respeto al reciclado. Era una prueba contundente de reencarnación.

Imagen: El Circo de Georges Pierre Seurat

sábado, 13 de febrero de 2010

Contando sílabas



En este lugar
regálanos tus haikus
y dulces flores
... en Comentarios.

Con nuestros favoritos iremos haciendo esta página.

Convite de tonalidades



Un espacio en el cual puedes compartir tus ideas. Blancas, azules, verdes o amarillas. No hay un color determinado para pintar este lugar. La única condición es que los textos contengan entre 40 y 300 palabras.
Déjanos parte de tu sombra en Comentarios.
Las que más nos gusten irán a esta página.

Minificciones al vuelo



Acá hay tinta para todos y ojos para quien quiera leer. Si tienes algo que expresar, un pensamiento, una idea, una historia fugaz, un sueño diminuto, un suspiro al viento... escríbelo aquí, para que los disfrutemos todos juntos. Comparte tus minis o tuits de 39 palabras o menos en este espacio, no hay temática determinada.
Haz tus trazos en Comentarios.
Con los que más nos gustan, estamos haciendo este post

jueves, 11 de febrero de 2010

La noche sigue

Después de bailar por horas recuerdas que te espero en casa. Te descalzas para seguir, mientras sueño con tus zapatos bajo la cama.

Haiku de madrugada #1

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Son dos gotitas
el rocío del alba
y la mariquita

martes, 9 de febrero de 2010

Máscaras

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¡Carnaval, carnaval!
Al grito todos nos colocamos las máscaras, nadie puede ver la propia, como siempre sucede.
Esta vez, es fácil adivinar el rostro ajeno tras los antifaces, tras los simulacros.
Reímos, captando de inmediato el ridículo que no nos pertenece, ilusionados con la idea de que, en el reparto, el azar nos deparó una suerte más digna. Pero el azar no tiene esas delicadezas, y es muy probable que la nuestra sea la más grotesca.
Alguien pide auxilio, la máscara, impávida en su muerta blancura, la asfixia. Antes de que logre su cometido la arrancamos, dejando inerme el rostro desnudo que, de inmediato, reclama el cobijo de otra.
Algunas se resisten a favorecer ocultamientos, pero al cabo resulta inevitable hallar la que mejor se ajusta a cada uno.
Llega la hora de las palabras. Cada quien las caza, como a oscuras liebres en un bosque aún más oscuro, y se enmascara revelándolas. Curvas y líneas se suceden, diciendo, no diciendo, mostrando, no mostrando.
Punto final. Es el momento de descubrirse.
No es posible partir con ellas, no hay negativa que valga.
Lo intento. Imposible. La máscara se funde a mi rostro verdadero (ya olvidado), lo reemplaza. Deberé ir por el mundo con esta faz que ignoro, y evitar todo espejo que señale su falsedad —o su verdad—, ambas igualmente irremediables.

Pequeña muerte azul

Vi a los ojos a la termita azul. Los busqué, creí encontrarlos. Vi su mirada distrayéndose y volviendo a encontrarme. ¿Estará hecho de madera? ¿Será dulce? ¿Estará habitado ya? No supe bien qué pensaría. Pero sus ojillos parecían desafiar a mi piel.

La miré largo rato. Movía y removía sus minúsculas antenas. Con nerviosismo, hubiera pensado, si no la hubiese visto tan dueña de sí. La escuché. ¡Decía tanto su silencio! Hablaba de deseo, de apetitos nuevos, de esperanzas valientes. Tuve un poco de miedo. Ella, no. Ni pizca.

Puse mi dedo sobre ella, despacio. (Tal vez sintió la temperatura bajar un poco, por la sombra que le cubría). Mi dedo fue acercándose, bajando hacia su cuerpecillo. (Tal vez llegó a sentir el calor de mi masa corporal). Pero no se movió. No parpadeó siquiera. Mi dedo la tocó. Ella se mantuvo firme, me amenazó una última vez. Ejercí una veloz presión asesina…

Lamenté por un segundo haberle dado muerte así. Quise retirar mi dedo, no lo hice. De hecho, lo restregué un poco sobre la mesa. Finalmente, sentí el helado escalofrío de la culpa. Cobré una vida. Robé una vida. Extinguí una vida. Maté.

Ella no me había hecho nada, salvo amenazarme. ¿O lo imaginé? ¿No estuve seguro de haber sentido su desafío mortal? ¿No llegué incluso a tener miedo? Me da vergüenza recordarlo. Me siento tonto. Cobarde. Asesino. ¡Mira lo que hiciste! Culpa, frío. Pesar en mi corazón.

Levanto el dedo, miro la punta, busco el amasijo azulado que quedaría. Nada. Perplejo, extiendo mi mano junto a la otra. ¿Dónde se metió? Se… ¿metió? Una cosquilla dentro de la piel de mi palma, acusa la verdad. No fue broma. Ella sabía bien lo que decía. Y yo también. Fui advertido.

lunes, 8 de febrero de 2010

El jardinero, la flor y el tuit (cosecha de Rafael Vázquez)

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Rafa o lo que es lo mismo, nohubounavez, para mí es un misterio. Tiene la vocación de un naturista y la paciencia infinita de un jardinero zen que cuida las palabras, las mima, las abona y las poda con la meticulosidad de un cirujano hasta encontrar la flor perfecta, la armonía perfecta. Le veo labrando surcos alrededor de las ideas, circunvalándolas para no dejarlas escapar como hacen en los jardines zen alrededor de las piedras. Le veo fabular y confabular con infinita paciencia en los recovecos de twitter o facebook, componiendo y recomponiendo las palabras como notas de una sinfonía polifónica hasta dar con el sonido exacto. Por ello creo que es el mejor, el más auténtico y creativo de todos los que nos dejamos caer o seducir por el ficcionario y la magia de las palabras, los cuentos, las minificciones, ... En mi incursión por su inmenso vergel de injertos y sonoridades, sólo he podido traer estas pocas flores y porque no me cabían más, las más frescas...

—La capa de polvo del maniquí no está en venta—le dijeron. Desde entonces confecciona un traje a su medida hecho de telarañas y olvido.

Los relojes crecen por dentro de las paredes de la casa. A veces ya no hay reloj y su tictac continúa palpitando en los rincones.

En mitad de la noche, mientras las manos buscan algo conocido para saber que todo sigue ahí, quién puede asegurar que no se ha muerto

De las propiedades de los números derivan las matemáticas. De los atributos y relaciones de las letras, surgen todos nuestros pensamientos.

Origami de rosas. Las espinas, en su papel, pinchan al plegarlas.

Es peligroso rodearse de cristales: engañan a los ojos. Sentimos algo pero no vemos el vidrio, la sangre, todo oscurecerse.

Hablamos de los caminos por donde andan nuestros pies. Yo hago caminos en las cosas con mis manos para los recorran otras manos.

En el espejo, a la mañana, me veo desde el cristal en vez de verme desde mis propios ojos. ¿Quién sueña aún: yo, el espejo, o Dios?

Libros: álbumes de miradas.

domingo, 7 de febrero de 2010

Arriba

Suspendo mi incredulidad y disfruto flotar.

miércoles, 3 de febrero de 2010

Al rojo vivo con Manu "el Piel Roja"


 
Emilio Pettoruti: "Visión 1"

Manuel se incorporó casi desde su creación a Minificcionario. Desde entonces no ha dejado de sorprenderme como minificcionero y como cuentista —aunque él dice no escribir cuentos—. Y cómo no, como escritor de haikus...
Con el tiempo he creído saber por qué Manu dice no escribir lo que en realidad escribe (y además bien). Y es que Manu es una persona multidisciplinar y creativa que se mueve con soltura en  diversas facetas artísticas, quizá identificándose más con lo visual y lo plástico, pero capaz de tratar con el mismo talento la fotografía y las letras, los recursos multimedia de la web 2.0 y los haikus, la pintura y la música... 
En esta selección hay textos de twitter inéditos aquí, a los que he unido algunas perlas que ya estaban en Minificcionario. Porque las minificciones suelen ser tan efímeras como lo que se tarda en leerlas, y rescatarlas, releerlas, es tanto un placer como un acto de justicia.


Nueve minificciones...

Al igual que los crustáceos, dependemos para sobrevivir de nuestro caparazón exterior, un caparazón de ciudades y casas llenas de cosas.

La mente es un sofisticado aparato digestivo que se alimenta de nuestras vivencias, experiencias, imágenes, sueños...

Las radiografías de los peces habitan los abismos.

Las chimeneas tienen un canal monotemático.

Las partituras del jazz no pueden leerse a la luz del día. Son hijas de la noche.

Cada mañana los niños se reunían en la plaza del pueblo esperando la sesión de magia: el campanario sacaba de sus chisteras de bronce una impresionante bandada de palomas.

De espaldas a la marcha del tren, el paisaje se rebobina.

Gran parte de los famosos siguen la vida que le escriben sus biógrafos.

Toda sombra viaja siempre a la velocidad de su luz


... y tres haikus

Como el azúcar
en cucharilla de plata
disuelvo el día

Sentir el viento
sentado en mi silencio 
y no hacer nada
 
Pisé una oruga
la primavera tendrá
que improvisar