jueves, 28 de octubre de 2010

Haiku de sobremesa


Vamos quedando
sin árboles sin madres
que nos cobijen

4 comentarios:

Lilith Lalin dijo...

Hermoso y triste a la vez.

Saludos

Manuel dijo...

Gracias Sofía. Sí, tal vez su belleza resida en esa opsición. Los grandes maestros del haiku siempre juegan con los opuestos: la inquietud interior y la paz exterior en la naturaleza o viceversa.

Alfredo dijo...

Yo de esto ni papa. Emplearé casi tus mismas palabras pero algo menos trágico.

Árbol y madre
bajo tu verde copa
yo me cobijo.
Salu2.

oliva dijo...

Me ha traido Alfredo...

Ambos haiku, geniales.

saludos.