CURIOSIDAD DIVINA
La máquina estaba ahí, con su redondo y brillante botón. El dedo de dios hizo lo que no debía hacer: lo oprimió.
ADICCIONES INZOOPORTABLES
—Puedo soportar que traigas el trabajo a casa, pero a la cama ¡no! —le dijo la esposa al dueño del zoológico.
CONFESION
Yo soy lectora. Las palabras que escribo son un espejo.
3 comentarios:
Me alegra ver tuits tuyos por aquí, Nanim.
Me gustaron los tres, pero me quedo con el dueño del zoo... muy bueno!
Gracias Javier, había estado un poco ausente, pero quise venir a poner algunas miguitas de pan en este sendero...
Lo interesante del cuentito del zoo es que cada quien se imagina cualquier animalito ¿no?
Gracias Nanim. Yo imaginé un elefante. Me gusta la confesión. Las palabras escritas espejo de las leídas que a su vez son espejo de las leídas por quien las escribió. Espejos que se reflejan una y otra vez, pero que proyectan imágenes nuevas. Muy sugerente.
Publicar un comentario