lunes, 30 de agosto de 2010

El equipaje

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Llegué a la estación de tren en taxi, el mismo en el que pensaba marcharme cuando me hubiera deshecho de la maleta que me acompañaba, y que no permití que el conductor metiera en el portaequipajes.
La estación estaba bastante transitada a esa hora. Una maleta olvidada en una estación vacía resultaba demasiado sospechosa. Pero eran las 11:30 y, entre el tumulto, esperaba que nadie se percatara y pusiera en alerta a los agentes de seguridad antes de que yo hubiera huido.
Me situé en un lugar donde había bastante gente, cerca de las pizarras electrónicas en las que se anunciaban salidas y llegadas. La dejé en el suelo, junto a mis pies, y aproveché un momento en que nadie parecía mirarme para empezar a caminar. En principio despacio, como si paseara, pero conforme me iba alejando de aquella maleta de cuero y textil, a punto de estallar, fui aligerando la marcha. Atravesé la puerta de salida y, justo cuando iba a agarrar el picaporte del taxi —que me había estado esperando—, para abrir la portezuela, una mano se apoyaba en mi hombro:
—Señor, ha olvidado su maleta —una voz grave sonó detrás de mí.
Ya era la tercera vez que fracasaba. De nuevo no podía deshacerme de aquella pesada carga en la que había encerrado mis temores, mis malos recuerdos y las peores experiencias de mi vida. Tendría que volver a intentarlo. Quizá pudiera conseguirlo en la próxima estación...

5 comentarios:

Alfredo dijo...

Difícilmente, esas cosas se atenúan pero no se olvidan.
Salu2.

Ingrid dijo...

Siempre puedes intentar aligerar el equipaje aunque la maleta siga siendo la misma.

Un abrazo.

Javier dijo...

Muy bueno, me gusta.

Un saludo.

Yenny Peña dijo...

me encanta este texto, es como cuando uno quiera deshacerse de algo y no puede

Javier López dijo...

Muchas gracias a todos (ahora veo que no contesté a los comentarios anteriores).
Yenny, el texto está escrito a 4 manos, por dos personas que sintonizamos en esa idea: lo difícil que resulta en la vida soltar los pesados lastres del pasado.
Un saludo.