sábado, 11 de junio de 2011

Anhelo

¡Décadas irguiéndome y acabar de pronto así! Comienzo a perder el equilibrio. Si al menos pudiera caer sobre un par de leñadores...

4 comentarios:

Lola C. dijo...

Morir matando. Un último gesto de defensa propia inútil y desesperado.

montse dijo...

La madera manchada de sangre debe pudrirse antes. Aunque supongo que si intenta proteger a otros no le importa. Me quedo con las ganas de saber qué árbol es.

Javier López dijo...

Ésta me gustó especialmente, Ikal. Me encanta que los seres naturales, incluso los inanimados (aunque es muy discutible que un árbol sea "inanimado") tramen sus venganzas contra los que nos creemos el ombligo del planeta.

Ikal Bamoa dijo...

Imagino la enorme tristeza con la que los árboles deben percibirnos. Por encima del miedo o del odio, creo que les inspiramos mucha tristeza.