sábado, 26 de diciembre de 2009

Alto

Las estaciones pasaban tan aprisa, que el maquinista frenó y tuvimos diez meses de invierno.

2 comentarios:

Víctor dijo...

Buen juego de doble sentido. ¿El maquinista era Dios, o cualquier país que no se atreve a firmar un buen pacto contra la contaminación?

Un saludo.

Lola C. dijo...

Pues vaya con el maquinista, ya podía haber parado en la primavera o el verano ¿no? Me ha encantado, gracias.