sábado, 27 de febrero de 2010

Sobresalto

«Al lado, al lado, allí» murmuró, señalándome. Sudé frío. Su amiga vino y me pidió fuego. Se lo dí y se fue. Pensé que había visto mis alas.

1 comentarios:

Julibelula dijo...

Que bueno sería poder ver las alas ajenas, y las propias, con mas frecuencia.
Me encantó!!!