domingo, 31 de mayo de 2009

Ensayo sobre la ceguera (I)


22 comentarios:

Alejandro Ramírez Giraldo dijo...

Jajajajajajaja...

Supongo que esto es una minificción visual.

Manuel dijo...

No se preocupen, el fondo negro es un concepto.Es deliberado. Y la ausencia de texto tambien es deliberada. En realidad no es ausencia, es latencia. El texto está, sólo que no lo vemos, no al menos con nuestros sentidos habituales.Tal vez por unos instantes pierdes tu visión.
Nunca sabré a ciencia cierta si la ceguera es blanca o negra o tal vez ni una cosa ni otra.Si el fondo del blog hubiese sido negro la imagen sería un blanco inmaculado. Invito a modo de serie y a quienes quieran reflexionar en los comentarios siguientes con tuits o minificciones acerca de lo que vemos, lo que no vemos, lo que veríamos o sentiríamos si no viéramos realmente y cuantas historias o comentarios visibles o invisibles pueda sugerir este post que en realidad es un no-post,un ensayo, una oscuridad conceptual, un post que sólo busca recrear ese desasosiego de vernos -por unas virtuales décimas de segundo- privados de ver y con ello y entre otras cosas, de leer ahora mismo ante esta pantalla de ordenador, de...
PD.Ésta es la razón de que este mismo texto no aparezca en el post.

Rafael Vázquez dijo...

Me encanta la idea, Manuel. Me pongo a pensar ya mismo en la serie sobre tipos de cegueras de los sentidos o trastornos de éstos.
Lo tuyo es siempre un permanente intento de vanguardia y eso siempre es admirable.
Gracias por todo, Manuel.

Claudia Sánchez dijo...

Muy bueno Manuel. Lo primero que pensé es que se trataba de algo sobre Torosalvaje, que utiliza la misma imagen en su avatar.
Hasta que leí tu aclaración.
Pienso en algo y vuelvo.
Saludos!

Rafael Vázquez dijo...

Sin que nos demos cuenta los oídos parpadean silencios brevísimos.

Rafael Vázquez dijo...

Como el oído, el ojo humano secreta un tipo de película de cera imperceptible para protegerse de la visión de ciertas realidades.

Manuel dijo...

Fue durante toda su vida un buen y servicial perro lazarillo. Viejo y ya ciego, tuvo como justa recompensa a un amo-guía el resto de sus oscuros días.

Claudia Sánchez dijo...

En esta oscuridad, me atrevo a escribir todas estas palabras que me avergüenzan, porque nadie podrá leerlas.

Claudia Sánchez dijo...

Ups! el fondo negro no salió.

Claudia Sánchez dijo...

Las minificciones son larguísimas y complejas historias que no se ven, que se ocultan arteramente detrás de un puñado de palabras conocidas.

Claudia Sánchez dijo...

La oscuridad conceptual no existe. Es una paradoja platónica.

Claudia Sánchez dijo...

"

"

Saludos!

Javier López dijo...

Nadie ha visto nunca la oscuridad total.

Javier López dijo...

El ciego apunta hacia el horizonte y señala con su dedo algo que a todos los demás nos había pasado desapercibido: la nada.

Javier López dijo...

Ceguera parcial: el optimista sólo ve el lado bueno de las cosas.

Manuel dijo...

Tal vez la vida sea un destello fugaz de minúscula claridad en la profunda obscuridad del universo.

Manuel dijo...

Para el viejo jugador de ajedrez su ceguera no era ni blanca ni negra, sino ambas. Consiguió conservar en su retina una imagen latente del tablero. En ella situaba las piezas que ya no veía.

Rafael Vázquez dijo...

Fantásticos todos los comentarios, Alejandro, Claudia, Manuel, Javi.

Javier López dijo...

Encendí la luz. Seguí viendo lo mismo.

Manuel dijo...

Sólo una cosa pide el ciego a su ángel de la guarda: que tenga mucho tacto.

Javier López dijo...

El dueño del perro lazarillo nunca supo que el animal sólo se guiaba por su olfato.

Jacinto Deleble Garea dijo...

***


Estupendo éste del perro lazarillo, Javi, con ese humor tan tuyo.

Lo mío más parece reflexión que mini, pero igual la dejo.


***


Genial volvió a Beethoven el dejar de componer por encargo, tras su sordera.

Así lo quiso su feroz musa; la misma que cegó a Homero.