viernes, 1 de mayo de 2009

Similitudes

Desde la pantalla, los actores, aburridos de reproducir siempre las mismas cosas, espían a los espectadores. Esperan que ellos les brinden algo de diversión.
Desolados, descubren que también están forzados a repetir un libreto.

4 comentarios:

Rafael Vázquez dijo...

Me ha gustado mucho, Olga. Explora la idea de que sólo somos personajes, seres, al fin, alienados. ¿Personajes de qué autor, para entretener o complacer a qué espectadores o intereses? Del mismo modo, ¿son nuestros personajes autores de nuevos subpersonajes y así infinitamente? Por todos estos aspectos y muchos más me ha gustado.
Gracias, Olga.

Lola C. dijo...

Me ha hecho recordar una película de Woody Allen, La Rosa Púrpura del Cairo.
Salu2

Manuel dijo...

Es el eterno dilema del actor y su público. Ambos se deben simbióticamente el uno al otro. Ambos representan su papel. A veces dichos papeles se invierten o se pervierten. Creo que fue Antoni Artaud quien dijo que somos "actores de nuestro propio Apocalípsis". Inquietante y sugerente minirrelato, Olga.

Oriana P. S. dijo...

Pero los espectadores tienen la ventaja de poder hacer "click" y se acabó el show.