sábado, 13 de febrero de 2010

Convite de tonalidades



Un espacio en el cual puedes compartir tus ideas. Blancas, azules, verdes o amarillas. No hay un color determinado para pintar este lugar. La única condición es que los textos contengan entre 40 y 300 palabras.
Déjanos parte de tu sombra en Comentarios.
Las que más nos gusten irán a esta página.

14 comentarios:

Javier López dijo...

Isabel González

La adorable Cecilia.

Dormida y desnuda bajo el viejo árbol, cargado de rojos y de aromas, yace la adorable Cecilia abandonada.
Pausada se despereza dejando que sus pechos relajados se derramen. Al poco, ladea ligeramente el cuello, rendida y entregada. Uno de sus muslos se eleva lentamente ocultando, sin quererlo, el movimiento de su mano. Sus ojos cerrados premeditadamente, el gesto de placer de su sonrisa y el rítmico jadeo que surge de sus labios entreabiertos, compiten con el sonido del aleteo de unos pájaros que huyen como si presintieran algo. Es entonces cuando Cecilia, zénit exaltado, vuelve la vista hacia la vieja valla. Conoce de sobras mi trayecto y mis horarios. Ya sabe, desde hace rato, que yo la estoy adorando.

Javier López dijo...

Isabel González

¡Maldita depresión!

LLegó a casa arrastrando su lumbalgia y el carro de la compra. Después de despojarse de la ropa, puso la tele como siempre, por eso de la compañía, sin prestarle demasiada atención. Conocía su casa al dedillo, la falta de visión no le había impedido llevar una vida normal. Sólo fue duro al principio, por la depresión.
- El caso de la cabeza ha despertado una gran expectación entre los vecinos..."
Atónito, se acercó a tientas al televisor llamado por el titular con que abría el informativo. Había perdido toda esperanza desde el día en que la policía cerró el caso y dejó de rastrear todas las zonas que, en un principio, se creyó que podría encontrarse. La noticia concluía dando morbosos detalles del alto estado de descomposición del miembro vital a la espera de poder ser identificada en breve. Tres meses perdida, una lástima, maldita depresión, ya no podrían reimplantársela, pero mañana mismo iría a reclamarla. Se merecía un entierro como es debido.

Javier López dijo...

Isabel González

Hasta que la vida nos separe.

Aquel día amaneció sin vida. Ya en el tanatorio velaba angustiada su propia muerte y no la consolaba el hecho de seguir respirando, como todos los que la querían se empeñaban en hacerle creer. Te acompaño en el sentimiento, ahora hay que ser fuerte, la vida sigue, piensa que al menos ya no sufres, por fin descansarás en paz, es mejor así, los últmos meses han sido muy duros, ánimo Lucía, hija, ahora a mirar "pa lante"; mami, pasa página que aquí estamos todos contigo, dame un abrazo hermanuchi, tita no llores... y así una tras otra resonaban aquellas frases de ánimo que se perdían en el ambiente lacrimógeno de la sala sin que ella recibiese ninguna. Permanecia de pie apoyada en el féretro sin poder quitar la vista de aquella mujer hermosa que aún conservaba el gesto de enamorada en sus labios, como si hubiese muerto besándole.
En la sala contigua, Arturo, de pie junto a su féretro lloraba también desconsoladamente. Tampoco a él le compensaban las palabras de ánimo de los demás. A las 11 en punto dos misas daban el último adiós a los finados. Ambos séquitos se cruzaron cuando se dirigían hacia el lugar que ocuparían para siempre en aquel particular cementerio de amores imposibles. Lucía y Arturo cruzaron un momento sus miradas húmedas y tristes en un último gesto secreto de complicidad. Ni siquiera al final pudieron estar juntos.

Javier López dijo...

Isabel González

La invitó a bailar.
Aquel vestido negro y ajustado a sus formas femeninas resultó altamente conductor de la suavidad y el calor de aquellas manos. Un escalofrío recorrió su espalda y, desconcertada, apretó su pecho contra el suyo desmayando su cabeza en aquel hombro predispuesto y ancho, ofreciéndole, sin pretenderlo, su cuello apetecible.
Él sintió correspondida entonces su caricia y le retiró ese mechón de pelo que caía sobre sus labios rozándolos suavemente con sus dedos. Su cuerpo se encendió cuando la vio cerrar los ojos estremecida y entregada.
Su amor nació aquel día, inesperadamente,.. sin querer. Y de alguna forma supieron sentirse así el resto de sus vidas, en el final de su microrrelato.

Isabel Mª dijo...

El corazón a cien.

Lucía llegó a la estación de Puicerdà con el corazón a cien pero sin miedo. Cuando el tren paró, buscó su rostro en todas las puertas que se iban abriendo, se subiría con él y bajarían en la siguiente estación, La Tour de Querol, el lugar que ella había elegido para encontrarse a solas. Allí estaba, con su parca gris y la mano tendida. Subió y le besó en los labios, su gesto de sorpresa, su corazón a cien, muy asustado. La Tour acogíó el descubrimiento mutuo de sus cuerpos, que se encendieron entre las nieves y el frío de aquel soleado y mágico dia de invierno. Ese día, que cambió sus vidas para siempre, fue el principio de una pasión inagotable, casi adictiva. Encajaron sus besos desde el primer momento, se reconocieron sus pieles como si ya hubieran estado juntos, quizás en otra vida. Nada les era ajeno, nada nuevo. Al atardecer, él se marchó feliz y enamorado, el corazón a cien , sin miedo. Ella le dijo adiós desde el andén, el corazón a cien, muy asustada. ¿Y si no debía volver a verle?

Isabel Mª dijo...

XXS


Tu amor ya no es de mi talla, me está chico. Serás tú, yo no he cambiado. No sé si se te lo embebió el miedo o la falta de cuidados. Mira que me gustaba ponérmelo. ¡Vaya si me quedaba bien,! ¡Anda que no estaba guapa!. Era bonito, alegre, sedoso, transpirable, delicado y cómodo. Se ajustaba perfectamente a mis formas femeninas, a mis pechos, a mis caderas, a mi cintura, a mis nalgas,.. Anteayer intenté hacerle unos arreglos y me lo puse, pero al poco, por estrecho, se descosió por dónde menos lo esperaba, dejando mi alma avergonzada al descubierto. Hoy lo guardo roto y repartido en nuestras lindas cajas, aquéllas que hicimos ver que tú me regalabas, la de cristal tallada y la de hueso. Pero me duele verlo hecho pedazos, tan disgregado, tan solo ...y es que un amor así es para ponérselo. Cuando anochezca, a esa hora que a tí y a mí nos gusta tanto - escasos minutos antes de encenderse el alumbrado- lo llevaré, discretamente, sin verme demasiado, al contenedor orgánico. Hoy por hoy, todo lo que tengo es de tu talla, así que, aunque lo pague caro, irremediablemente, tendré que renovar el vestuario.

El Griego dijo...

Furibundo Chop Suey

Ese maldito perro. Ahí está de nuevo. Parece que me oliera, no sé. O quizás escucha que arrastro los pies, o el “tac – tac” que hace mi bastón cuando voy por la vereda. Animal del demonio. Si tuviera veinte años menos acá mismo me paro y lo reviento a patadas. Es la cuarta vez que me muerde. Y esa estúpida mujer que lo deja suelto. Ni siquiera consigo asustarlo ya. Le grito, le tiro piedras y el muy miserable se me viene encima. Si fuera joven no me hubiese alcanzado. Si hubo alguien que corriera rápido, ese era yo. Pero ahora… Bicho de porquería, me dejó sin aire. Pero ya no más. Ya no me vas a volver a morder, perro de mierda.


Esa noche don Julián preparaba una especie de chop suey. Se sentó, luego de llenar una copa de vino y servirse un plato rebosante. Sonreía con malicia. “La venganza es un plato que se sirve frío", dijo en voz alta, mientras se llevaba a la boca el primer bocado.

Pilar dijo...

Pilar López Mora.

Desaparecer

Más y más pequeño en el horizonte se desdibujaba el barco donde viajaba ella rumbo a un lugar diferente, nuevo. Allí quedaban sus padres y hermanos, sus amigas y yo. Se había despedido dichosa, sin disimular su alegría, su deseo de marchar. En su sonrisa entendí la intención de no volver. El barco ya casi no se percibía, difuminado en la bruma del atardecer. Deseé que se hundiera. Cuando me giré, sus padres y hermanos, sus amigas y yo mismo habíamos desaparecido.

ALBIN dijo...

Al despertar

desperté de buen ánimo, la mañana lucía soberbia. Trinos, aire primaveral. Me asomé por la ventana a disfrutar del paisaje.
El milenario cerro, frente al lago, había desaparecido

JupiterHing dijo...

Un grillo subió a la antesala de mis brazos. Se transformó en nube, luego en lluvia. Al salir el sol el insecto era un sueño que recorría la cocina de mi abdomen.

Antonio Flores Schroeder

Javier López dijo...

Gracias, amigos.
Nunca en un blog los comentarios fueron tan literarios como los vuestros.
Os animo a seguir haciéndolos.

Rafael Blanco Vázquez dijo...

HOY
de Rafael Blanco Vázquez

Angustiado, aovillado, en posición fetal sobre mi cama, me levanto de vez en cuando a desmenuzarme en fragmentos ansiolíticos. Pero han de ser breves, restallantes, veloces como uñas que caen al suelo, sangrientos como mosquitos despanzurrados, han de surgir repentinamente, inexplicablemente, sin más: si me viene una idea necesitada de desarrollo, la dejo para otro día.

Rafael Blanco Vázquez dijo...

IMPERMEABLE
de Rafael Blanco Vázquez

Impermeable al conocimiento, el hombre se indigna.
Impermeable a sí mismo, el hombre viaja.
Impermeable al exterior, el hombre sale.
Impermeable al conocimiento, aún me empalmo.
Impermeable al conocimiento, aún observo: ¿se puede saber qué busco, a estas alturas?
Impermeable al conocimiento, estoy aquí: emocionado de haber vuelto a escribir después de dos semanas de improductividad.

Rafael Blanco Vázquez dijo...

TRES
de Rafael Blanco Vázquez

Augusto Monterroso: “Hace muchos años vivía en Grecia un hombre llamado Ulises (quien a pesar de ser bastante sabio era muy astuto)”.
Emil Michel Cioran: “Para no tener que resolverlas, he transformado todas mis dificultades prácticas en dificultades teóricas. Frente a lo Insoluble, por fin respiro”.
Arthur Schopenhauer: “En un joven es una mala señal, tanto en el aspecto intelectual como también en el moral, que sepa orientarse muy pronto en los asuntos y manejos humanos, que enseguida se encuentre en ellos como si estuviera en su propia casa y entre en ella como si ya estuviera preparado. Es un anuncio de vulgaridad. Por el contrario, un comportamiento sorprendido, vacilante, torpe y errado en los citados aspectos indica una naturaleza de índole más noble.”