jueves, 29 de abril de 2010

Salvación

Qué alivio descubrir que la palabra acorralada esconde unas alas para poder escapar.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Apuesto que ni ella misma se había dado cuenta ^^
Me pregunto... ¿A dónde irá?
Saludos.

Carmen María dijo...

Saludos Maryvell, ojalá que la palabra se percate, tal vez le pase como a nosotros, que no descubrimos que podemos escapar hasta que nos decimos a hacerlo.