miércoles, 19 de noviembre de 2008

Circulación natural

Los ríos son arterias de la montaña, venas del valle y capilares de las tierras bajas. El corazón es el mar. Pero funciona al revés.

8 comentarios:

Manuel dijo...

¡¡Entonces los salmones tenían razón: no iban a contracorriente !!

Rafael Vázquez dijo...

Es bonito imaginar a salmones diminutos subiendo a contracorriente por arterias y venas para desovar en el corazón, donde también desovó la generación anterior de salmones.
La entrada de Javi y el comentario de Manuel invitan a imaginar un mundo de metáforas de la naturaleza y el cuerpo humano. Con vosotros es más fácil soñar.

Olga A. de Linares dijo...

Pero habrá que tener cuidado con los zarpazos de los osos, ¿verdad?

Manuel dijo...

Es lo que tienen los ríos la vida: cursos rápidos, remansos de paz y peligros a la vuelta de cada meandro.

Rafael Vázquez dijo...

Las minificciones sí que tienen meandros y afluentes, y esta minificción de Javi lo demuestra. Se empiez hablando de ríos y ya estamos hablando de salmones en el corazón, del río de la vida y de osos a la vuelta de un meandro.

Javier López dijo...

Como dije una vez, la imaginación vuela. A veces, no quiere ya desplegar el tren de aterrizaje.

Olga A. de Linares dijo...

Es que aterrizar no solo es deprimente... también peligroso. ¿Y si no podemos volver a volar?

Javier López dijo...

Por eso yo me niego a desplegar el tren Olga, que lo que hay en tierra ya lo tengo más que visto, y no es de mi total agrado. Así que... a volar! (aunque sea solo con la imaginación).