viernes, 14 de noviembre de 2008

Anonimato


El viento, como un cartero diligente, me trae un papel. Con letra despareja alguien pide auxilio. Pero el viento no conoce al remitente, y juntos compartimos una angustia inútil y destemplada.
.

3 comentarios:

Rafael Vázquez dijo...

Un relato inquietante y angustioso Olga. Como bien dice Javi, qué lujo tenerte en el blog.

Javier López dijo...

Lo más hermoso de la ficción es que las cosas, a las que siempre miramos como "cosas", adquieran dimensión humana. Ese viento es todo un personaje con carga emocional.

Olga A. de Linares dijo...

Gracias, chicos, para mí es un gusto estar aquí, en tan buena compañía.