sábado, 20 de diciembre de 2008

Maleficio

Primero había puesto en ella los ojos. Luego, también su corazón y su alma.
Cuando lo abandonó, no solo lo dejó ciego, sino también hecho un zombi.

4 comentarios:

Rafael Vázquez dijo...

Me han encantado, Olga. Y tienes más razón que una santa en que determinados desamores nos dejan hechos unos zombies. Sería muy interesante observar si es posible el proceso inverso: transformar a un zombie en una persona mediante el amor.
Gracias, Olga.

Oriana P. S. dijo...

Totalmente cierto, Olga, como siempre, acertada tú con tus minis.

Y, mi querido Rafa, claro que se puede transformer a un zombie en persona gracias al amor. El amor tiene la facultad de llenarnos por completo cuando llega, pero también de vaciarnos cuando nos abandona. Artificio cruel, el amor.

Rafael Vázquez dijo...

Este tema es realmente sugerente, Olga y Oriana. El desamor nos convierte psicosomáticamente en zombies. Y el amor nos torna nuevamente humanos. Sería interesante observar cómo reaccionan al verse los cuerpos zombies de Romeo y Julieta. O una madre zombi al ver a su bebé. Hay algo oscuro en el corazón de los zombies. Debe ser como un amor ciego, inconsciente, primitivo, involucionado...
Bueno, no sé, o quizás los zombies sean necrófilos, y su forma parafílica de amar sea la atracción por los muertos.
Ahora bien, a veces es la falta de amor lo que nos descubre realmente la importancia del amor, ¿no creéis? ¿Por tanto a veces es el desamor lo que convierte a un zombie en persona? Imaginemos que aislamos a un zombie en un laboratorio y le ponemos recuerdos de su vida pasada, de sus amores pasados, etc, quizás esto también le convierte en persona no?
Da mucho juego la ficción, Olga, sin duda.
Oriana, artificios crueles el amor y el desamor, sin duda.
Un abrazo.

Javier López dijo...

En esta ficción encuentro un pero: no es una ficción.
Excelente Olga, a veces escribir algo bueno "sólo" (aquí muchas comillas) consiste en transcribir la realidad de esa manera tan estupenda a la que nos tienes acostumbrados.